Kristen Stewart, que hoy estrena en todo el mundo "Snow White and the Huntsman", asegura que nunca ha querido ser una mercancía ni formar parte de las estrellas que se traicionan a sí mismas para construir un personaje y pierden cosas personales en el camino que nunca recuperan.
En una entrevista con un reducido grupo de medios, entre ellos Efe, durante el Festival de Cannes, Stewart demuestra una gran madurez para sus apenas 22 años y califica de "ridiculamente embarazoso" considerarse a sí misma como un objeto a vender.
"Cuando crees realmente que todo el mundo te mira en el bar exclusivamente porque haces películas..., nunca he querido ser una mercancía, nunca he querido eso, empiezas a traicionarte a ti mismo", afirmó la actriz, con un aspecto vulnerable que rompe con una gran energía que materializa en cientos de gestos, de cambios de posición y en una velocidad de ametralladora al hablar.
Conocida por la saga "Twilight" y famosa desde que con 17 años se metió en la piel de Bella, el personaje femenino principal de esas películas de vampiros, Stewart se muestra segura de dónde están los límites entre cine y realidad.
"Hay gente que hace eso, que cultivan y fabrican personalidades que presentan y son buenos, son grandes actores, que se inventan personajes en cada entrevista (...), pero después de un cierto tiempo te das cuenta de que no eres nadie al tratar de satisfacer a todo el mundo. Tratando de ser cientos de personas diferentes al final no eres nadie".
Por eso ella trata de preservar su espontaneidad, la misma que le hace recoger un vaso que se cae durante la entrevista o que le hace interrumpir una frase a la mitad para observar a una gaviota que se acerca a una piscina cercana.
Y esa forma de ser le lleva a no planear su carrera. Stewart asegura que es incapaz de definir lo que quiere hasta que no lo tiene delante. "Sé lo que siento cuando lo veo", afirma rotunda.
Entre sus elecciones, incluso antes del papel de Bella, la actriz aceptó participar en "On the road", una película dirigida por el brasileño Walter Salles y recién presentada en Cannes.
Tenía solo 16 años cuando Salles le propuso participar en esta adaptación de la novela de Jack Kerouac, pero pasaron algunos años hasta que se realizó, lo que le dio tiempo a rodar las cuatro entregas de "Twilight" y "Snow White and the Huntsman".
Y pese a lo que pueda parecer, considera que todos los rodajes han sido igual de serios.
En el caso de "Twilight", la actriz estaba obsesionada con decir las frases perfectas porque había leído los libros y sabía lo que los fans esperaban de ella.
Mientras que con "On the road", el objetivo era "descubrir algo a la gente y no ofrecer un producto empaquetado".
Una película que supone alcanzar una meta en su carrera, la de "estar orgullosa de algo con lo que los demás pudieran identificarse".
Y de lo que está muy segura es de que la fama que ahora le rodea no le condiciona en absoluto su vida.
"Me siento muy libre de hacer todo lo que quiero. Desde una perspectiva exterior puede parecer que no tengo libertad ahora, pero en realidad tengo más, tengo acceso a más cosas".
"No me privo de nada y no dejo que nadie me impida hacer algo", afirma con una sonrisa, antes de explicar que lo fundamental en la vida es lograr un compromiso contigo mismo cuando tienes deseos diferentes a lo normal, para no tener miedo de perseguirlos.
Pero la actriz también tiene deseos normales, como tener una familia. "Pero no tengo ni idea de dónde estaré a los 40", afirma Stewart, mientras insiste en la suerte que tiene de poder elegir personajes, en los que lo más importante es la experiencia y no el resultado.// Jornada
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