El cine que vendrá

Spielberg se ha atrevido con una versión de 'West Side Story', el inolvidable musical de Wise, Robbins y Bernstein.

No dejaré de recordar el dolor por los fallecidos, la solidaridad con los enfermos, el agradecimiento para cuantos colaboran para que la pandemia no produzca efectos devastadores y mis deseos de felicidad para cuantos me leen en estas páginas de EXPANSIÓN.Cine después de la pandemia

En algún momento, y ya me pierdo en las fases, se abrirán las salas de cine, por lo que he leído con restricciones de aforo y otras circunstancias, sin que el temor de los no contagiados desaparezca y con la reanudación de la vida normal, porque me niego a comprar ese buenismo de la nueva normalidad, como si a la normalidad, a la vida libre y responsable, sea como sea, haya que adjetivarla con ciertos ribetes de vigilada excepcionalidad. Cuando llegue ese momento, y ojalá que fuera pronto y para todos, el cine va a sacar las películas que de alguna manera tiene en el cajón de los estrenos, una planificación que arranca, con la perspectiva de Estados Unidos -un país, por cierto, golpeadísimo por el Covid-19, cada vez más matizada por la globalización de los negocios-, en los comienzos del verano, con la fiesta nacional del 4 de Julio, para extenderse a lo largo de la estación y rebrotar en cuanto el frío llegue a las calles, de cara al rush final de las Navidades, con ciertos candidatos a los Oscar, estrenándose casi in extremis para poder competir.

Los grandes nombres de la temporada pueden arrancar con un maestro y un consagrado talento. El maestro, indiscutible, es Steven Spielberg, siempre imprevisible a la hora de escoger su nueva película. El impenitente cinéfilo que es lo ha inclinado a la nostalgia, y creo que era a final de año cuando esperaba estrenar su versión de West Side Story, el inolvidable musical de Robert Wise, una versión suburbana y neoyorquina de los Capuletos y Montescos, coreografiada magistralmente por Jerome Robbins y con música genial de Bernstein. Con muy jóvenes actores y actrices, es una incógnita porqué y cómo se ha atrevido Spielberg a revisar, tarea harto peligrosa, un clásico colocado ya en la hornacina de la veneración.

El joven consagrado es Christopher Nolan, siempre discutido -Origen, Interstellar- pero que con Dunkerque consiguió, a mi juicio, una película de una belleza, intensidad dramática e impacto moral extraordinarios. ¿De qué va Tenet, la película que se preveía como un estreno veraniego a mediados de julio? Nolan no ha permitido que se filtre nada, salvo un reparto tan brillante como intrigante y que mezcla a Robert Pattinson, Kenneth Branagh y Michael Caine junto con gente muy joven como Elizabeth Debicki o John David Washington. ¿Espías, viajes por al agujero negro del tiempo, acción y romanticismo? Ya queda poco para descubrir un proyecto muy caro, con rodajes por medio mundo, de Inglaterra a la India, de Estonia a Italia, y que, como todo el cine de Nolan, resultará provocativo, nada convencional e intrigante.

Espías

No hay año sin James Bond, ahora con el aligui de que se acaba la época Daniel Craig, una franquicia que ha funcionado con el carisma duro y posmoderno del actor, nada simpático, muy eficiente, y que deja abierta notables incógnitas de un futuro que aspira a la corrección política, algo de lo que no se ha preocupado nunca la serie, ya que se habla de un Bond femenino y de color. En todo caso, Craig se despide muy en su estilo: el estreno estaba programado para la pasada Semana Santa, y a Craig le acompañará un villano muy especial y gran actor, Rami Malek, que pasará así de ser Freddie Mercury al heredero del malvado Dr. No. Lea Seydoux y Christopher Waltz regresan al reparto, en el que brillará Ana de Armas, cada día más consagrada en Hollywood. El proyecto está dominado por un Craig que acabó mal con la dirección de Danny Boyle, y ha impuesto a Cary Joy Fukunaga, con brillante trayectoria televisiva.

Tom Cruise, otro superagente franquiciado en Misión imposible, ha decidido que ya era hora de volver a enfundarse la cazadora de piloto y las gafas Ray Ban y cruzar los aires con estilo y sofisticación en la secuela de Top Gun, Maverick, prevista para el comienzo del verano. Pero hay dos problemas: no cuenta con Kelly Mc Gillis ni con ese gran director que fue Tony Scott. Veremos si Cruise, un tipo que sabe muy bien cómo producir una película de acción, ha logrado algo más que un saca-taquilla de nostalgias imposibles.

Jaume Balagueró, un cineasta muy potente en el cine de terror, parece seguir con el impacto universal de La casa de papel, y en su última entrega, Way Down, pretende atracar el Banco de España, con un reparto tan internacional (Famke Janssen, Freddie Highmore), como patrio (Luis Tosar, José Coronado).// Expansión

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