'Frankenweenie', terror y risas para niños góticos

Los cuentos infantiles son, ya se sabe, un perfecto caldo de cultivo para miedos y pesadillas. Es algo que Tim Burton siempre ha tenido presente: a lo largo de los años, ha sabido  desarrollar una carrera en la que el terror, la comedia y, por supuesto, una estética muy particular se han mezclado a la perfección, dando como resultado una filmografía con millones de seguidores.

En Frankenweenie (primera de las películas de animación a las que el director se ha comprometido con Disney), esta extraña mezcolanza llega a su máxima expresión, con varias constantes de su cine, como las múltiples referencias al terror clásico (el filme es un muy particular remake de Frankenstein), el blanco y negro (que ya empleó, por ejemplo, en la genial Ed Wood) y su pasión por la animación (él fue el creador y productor de la deliciosa Pesadilla antes de Navidad y también firmó La novia cadáver).

Películas 2012Ahora, Burton se acerca al público más infantil con las tres dimensiones, la historia de un niño y su amado perro y el paraguas de una empresa como Disney. Sin embargo, no renuncia a sus pasiones y el resultado es una película de terror infantil, una lúgubre comedia para todos los públicos, una montaña rusa en la que se mezclan risas y sustos, amistad y muerte.

Frankenweenie nos cuenta la historia de Víctor, un niño solitario y apasionado por la ciencia que pasa su vida entre el colegio, experimentos y jugar con su perro Sparky. Sin embargo, un desgraciado accidente lleva la tragedia a su vida, y a Sparky lo atropellan; pero Víctor es demasiado listo como para asumir la pérdida y, guiado por las clases del profesor Rzykruski, inventará una manera de devolverle la vida a su perro.

La idea no es nueva: el propio Burton dirigió en 1984 un corto, llamado también Frankenweenie, donde contaba la misma historia. Ya por aquel entonces el director quiso que fuera un largo animado, pero su peso en la industria no era el de ahora (no había dirigido ningún largo) y tuvo que conformarse con actores de carne y hueso y unos minutos de metraje. Treinta años después, Disney no ha puesto trabas al proyecto, una cinta oscura, irregular y no recomendada a menores de siete años.

Es difícil no quedarse con la boca abierta durante los primeros minutos de proyección de Frankenweenie: el encanto de sus personajes deslumbra, y más de 200 marionetas dan vida a los protagonistas de la película. El perro Sparky fue el punto de partida: con sus 10,5 centímetros de longitud, el muñeco es la referencia sobre la que  se construyó todo un mundo, diminuto, pero lleno de acción, emoción y drama.

Excepcional en lo técnico y apabullante en lo visual, Frankenweenie reúne suficiente talento como para atrapar a ratos a pequeños y a grandes. Porque hay peros: por mucho que el realizador haya incorporado personajes secundarios muy divertidos (destaca el malévolo gato Bigotitos), la historia se hace larga y cansina. ¿Lo mejor? Los ratos en los que Burton da rienda suelta a su humor más macabro y nos hace pensar, simplemente, en cómo le siguen permitiendo hacer este tipo de cosas.

EE UU, 2012. Dir.: Tim Burton. Int.: Winona Ryder, Martin Short, Martin Landau. Dur.: 87 min.

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Lo imposible: Llora, espectador, llora. El 26 de diciembre de 2004, miles de personas se despertaban en Phuket, paradisiaca isla de Tailandia, para otro día de playa. Pero un tsunami arrasó ese y otros lugares, dejando más de 250.000 muertos. Una familia española sobrevivió, contó su historia y J. A. Bayona, autor de El orfanato, decidió llevarla al cine. Aquí está el resultado: una película en gran parte española, pero con aroma a superproducción de Hollywood. No son solo las estrellas del reparto: el tratamiento de la tragedia también huele a taquillazo. El sufrimiento extremo mezclado con la generosidad humana, la música diseñada para despertar emociones... Lo imposible combina una gran factura técnica con los golpes bajos para que el público, aunque sea por el llanto, sienta que valió la pena.

España / EE UU, 2012. Dir.: J. A. Bayona. Int.: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland. Dur.: 107 min.

Cosmópolis: Siempre hay cosas interesantes en el cine de David Cronenberg, autor de La mosca, Inseparables o Promesas del Este. Ahora, el canadiense regresa con la adaptación de una novela de Don De Lillo, donde narra un día en la vida de un joven millonario (encarnado por el ídolo juvenil Robert Pattinson) para reflejar la descomposición de la (capitalista) sociedad actual. Extraña y compleja, de fría apariencia y contenido apasionado, Cosmópolis es un acertado retrato de nuestro tiempo, la mejor actuación de Pattinson y una buena oportunidad de ver a los siempre agradables Juliette Binoche, Samantha Morton y Mathieu Amalric.

Canadá / Francia, 2012. Dir.: David Cronenberg. Int.: Robert Pattinson, Sarah Gadon, Paul Giamatti. Dur.: 108 min.

Bypass: Comedia romántica de enredo, en la que un joven intenta consolar con una mentira a una amiga enferma y termina complicando su vida. Gustó en el reciente Festival de San Sebastián.

España, 2012. Dir.: Patxo Tellería y Aitor Mazo. Int.: Gorka Otxoa, Sara Cózar, Bárbara Goenaga. Dur.: 98 min.

Iron Sky: EE UU, 2018: los nazis que se instalaron en la Luna tras la II Guerra Mundial regresan para reconquistar la Tierra.

Finlandia / Alemania / Australia, 2012. Dir.: T. Vuorensola. Int.: Julia Dietze, C. Kirby. Dur.: 93 min.// 20 minutos

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