Scorsese reivindica el 3D como el futuro del cine

El director Martin Scorsese, uno de los cineastas vivos más reconocidos, cree que el futuro del cine está en el formato 3D, con el que ha experimentado a los 69 años en su nueva película, "Hugo".

El ganador de un Óscar por "The Departed" reconoció en una entrevista con un grupo de periodistas, entre ellos Efe, que siempre había querido rodar en ese formato, y que este era el momento de intentarlo, "de aprovecharse de la tecnología y utilizarla de una manera que cuadre con la historias".

Cine"Hugo", protagonizada por Ben Kingsley y Sacha Baron Cohen y que se estrenó en Londres, cuenta la peripecias de un niño huérfano que vive en los años 30 del siglo pasado en la estación Montparnasse de París, y su descubrimiento del cine mudo.

"En un principio, la gente rechazaba las películas en color. A los críticos y a los directores les parecía que era adecuado solo para los musicales y los ׳westerns׳. Unas décadas después, todos las películas eran en color. Creo que pasará algo parecido con las tres dimensiones", explica, mientras, intentando convencer, mueve sin parar las manos.

El nuevo trabajo de Scorsese es una historia familiar, protagonizada por niños, sin sangre, sin violencia, muy alejada de las duras temáticas de sus títulos más celebrados como "Taxi Driver", "Raging Bull" o "Goodfellas".

El guión es una adaptación de la novela gráfica "La invención de Hugo Cabret" (2007), de Brian Selznick, un cuento inspirado en la historia real de Georges Méliès, el director de la película de 1902 "Le voyage dans la Lune" y uno de los pioneros del cine fantástico y los efectos especiales.

"Lo que resulta fascinante de Méliès es que exploró e inventó la mayoría de las cosas que estamos haciendo ahora. Todo está ahí", relata entusiasmado este director, un cinéfilo empedernido que dedica parte de su tiempo a la recuperación de cintas y fotogramas perdidos, y a documentar la historia del séptimo arte.

En los últimos siete años, Scorsese ha rodado tres películas, "The Departed", "The aviator" y "Shutter Island", además de cuatro documentales y del primer capítulo de la serie "Boardwalk Empire", sin embargo, alardea de tomárselo con calma.

"Me admira ver cómo Woody Allen o Clint Eastwood son capaces de hacer una película al año. Me encantaría hacerlo, pero no he sido capaz. Mi forma de trabajo es diferente, necesito más tiempo para imbuirme en los temas, dos años al menos", revela.

Además, a pesar de ser considerado uno de los grandes directores vivos, reconoce que cada vez es más difícil conseguir financiación.

"La industria de Hollywood busca audiencias muy grandes, especialmente productos dirigidos a niños y adolescentes. Películas de animación o superhéroes, algo que no me interesa mucho".

Scorsese cuenta que en esta ocasión quería hacer una película que pudiera ver su hija de 12 años, que le ha ayudado "a observar las cosas con los ojos de un niño", pero hay otros motivos por los que la evolución temática ha sido tan radical en su nuevo trabajo.

Para él, el problema es que en Hollywood todo está muy segmentado, por un lado las superproducciones y por otro el cine independiente, "O haces una cosa o la otra", se lamenta.

"He tenido suerte, porque he podido seguir haciendo películas, pero también me he tenido que adaptar y hacer productos que cuadraban más con lo que la industria esperaba", comenta resignado el director de "Casino" y "La edad de la inocencia".

Scorsese, que lleva cuatro décadas haciendo películas, se recrea haciendo un repaso y reflexionando sobre los cambios producidos en la industria del cine estadounidense en ese tiempo, y asegura que el punto de inflexión fue 1980, cuando, según él, "se pierde la voz del director".

Relata que todo cambió con el fracaso de "Heaven׳s Gate", de Michael Cimino, una de las películas más caras de la historia, que fue azotada por la crítica y fue un gran fracaso de taquilla.

Desde ese momento, los directores, explica Scorsese, dejaron de tener todo el control de sus obras.

En ese sentido, reivindica la capacidad de experimentación: "Hay que atreverse con nuevas cosas y hay que hacerlo por las nuevas generaciones, no hay que ponerles obstáculos".

Cuando se le pregunta por sus próximos proyectos, el director, que lleva años insinuando que se va retirar, agita los brazos como agobiado y balbucea: "Tengo muchas cosas en la cabeza, todavía no tengo claro qué será lo siguiente".// Jornadanet.com

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