Prometía ser uno de los grandes fenómenos cinematográficos de los próximos años, pero el 3D no parece haber resultado tan rentable para la industria como en un principio se presuponía. Al menos eso es lo que indican algunos expertos, cuya opinión recoge esta semana el periódico The New York Times.
Los datos de Piratas del Caribe: en mareas misteriosas, una película que ha costado a los estudios de Walt Disney cerca de 400 millones de dólares, han disparado la alerta: su versión 3D recaudó unas cifras más modestas que las esperadas: mientras que el resto de largometrajes habían logrado superar el 60% de sus ingresos con su adaptación 3D (Alicia en el país de las maravillas, Avatar) la película protagonizada por Johnny Depp y Penélope Cruz sólo ha alcanzado un 47%.
No es el único filme cuyo formato en tres dimensiones ha 'pinchado': Kung Fu Panda 2 solo obtuvo con ese formato un 45 % de la recaudación total.
Si bien algunos expertos reconocen que aún es pronto para lanzar conclusiones, otros ya hablan del posible fracaso del 3D. Entre ellos, el analista de BTIG Richard Greenfield, quien asegura que los consumidores americanos "están rechazándolo".
Pero, ¿cuáles podrían ser las causas? Algunas voces señalan al alto precio de sus entradas. También, que "la gracia de ponerse unas gafas especiales para ver un largometraje desaparece" cuando la experiencia se repite en ocasiones posteriores.
"Las audiencias son muy listas. Se dan cuenta en seguida cuando algo trata de aparentar que es más de lo que es", opina Greg Foster, presidente de Imax Filmed Entertainment, quien indica que la estrategia sobre 3D debería ser replanteada por completo.
Algo que no pasa desapercibido para los grandes magnates del negocio es que la respuesta es completamente distinta al otro lado del Atlántico, donde el cine en 3D sigue siendo un fenómeno novedoso. Por cuánto tiempo más, es lo que se preguntan.
Vía: 20 Minutos
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