El Duque de Edimburgo, esposo desde hace casi 60 años de la reina Isabel II, es conocido por sus meteduras de pata, de las que parece no arrepentirse a juzgar por un documental de la BBC para celebrar su 90 cumpleaños, el 10 de junio.
Una de las más famosas es la que cometió en un viaje oficial a China en 1986 cuando dijo a un grupo de estudiantes británicos que estaba en la ciudad china de Xian en régimen de intercambio, que si seguían allí mucho tiempo, acabarían todos con los “ojos rasgados”.
Preguntado ahora por lo ocurrido, el pronto nonagenario respondió: “Yo lo había olvidado. Y si no llega a ser por un periodista que lo escuchó, no se habría divulgado. Y es más, a los chinos no les importó. ¿Por qué debía importar entonces a nadie más?”.
El diario The Daily Telegraph relata otros patinazos del marido de la Reina, como cuando a un instructor de autoescuela en Oban, Escocia le preguntó: “¿Cómo consigue que los nativos se mantengan sobrios el tiempo necesario para pasar la prueba?”.
Casos. En un discurso pronunciado en 1986 en una reunión del Fondo Mundial de la Naturaleza, dijo: “Si tiene cuatro patas y no es una silla, si tiene dos alas y vuela, pero no es un avión, y si nada, pero no es un submarino, los cantoneses seguro que se lo comen”.
En diciembre del 2009, la familia de un cadete del ejército cuya visión resultó afectada en un atentado del IRA se quejó de que el duque de Edimburgo se había mofado del joven cuando se entrevistó con ellos en compañía de Isabel II.
Cuando la Reina preguntó cuánta visión le quedaba tras el atentado, su marido se entrometió y, según el periódico, respondió: “No mucha, a juzgar por la corbata que lleva”. A un estudiante británico que había estado haciendo “trekking” en Papúa Nueva Guinea, Felipe de Edimburgo le espetó: “¿Así que ha conseguido que no le devoraran allí?” Y a un isleño de las Caimán le preguntó en 1994: “¿No descienden la mayoría de ustedes de piratas?”.
La-razon.com
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