El actor y maestro de artes marciales Jackie Chan, uno de los más prolíficos intérpretes en la actualidad, estrena este año su película número cien, que también codirige y que estará centrada en otro centenario, el de la Revolución China de 1911, que acabó con el régimen imperial.
El actor hongkonés, que en los años 70 y 80 dio una vuelta de tuerca al género de las artes marciales popularizado en todo el mundo por Bruce Lee y lo mezcló con la comedia, se alejará en esta ocasión de sus clásicas "películas de tortazos" y tendrá un papel que ni será cómico ni tendrá kung fu, el del general Huang Xing, uno de los padres de la revolución que derrocó la dinastía Qing.
La película se llama simplemente "1911", destaca en sus carteles que es la número cien del famoso actor, y está previsto que se estrene en octubre, mes que concentrará los mayores fastos de un centenario que se celebra tanto en China como en la "rival" Taiwán, donde sobrevive la República de China fundada precisamente en 1911.
Que el actor celebre su "centenario" con otro ha sido una mera casualidad, ya que en principio la película que iba a tener ese honor era otra, "Armor of God 3: Chinese Zodiac", esta sí de artes marciales.
Sin embargo, los productores de este filme decidieron posponer su estreno a 2012, ya que este año llega a las grandes pantallas chinas una de las películas de artes marciales más esperadas, el "remake" del clásico del género "Shaolin", por lo que temen quedar eclipsados si estrenan en 2011.
Jackie Chan, más conocido entre los chinos como Cheng Long ("Convertido en Dragón"), compartirá protagonismo en "1911" con otras estrellas del cine chino como la bella Li Bingbing o la veterana Joan Chen, también conocida por los espectadores occidentales, por su papel en "El Último Emperador".
La película a buen seguro se acompañará de una fuerte campaña publicitaria no sólo por parte de los distribuidores, sino también por el Gobierno chino, que quiere celebrar a lo grande el centenario.
Por otra parte, el filme confirma la intención de Chan de probar en papeles que no sean cómicos ni de artes marciales para desencasillarse, pero también porque a sus 56 años es consciente de que poco a poco tendrá que despedirse de sus espectaculares cabriolas ante las cámaras.
Las cien películas de Chan, que este año también presta su voz a la película de animación "Kung Fu Panda 2", serán a buen seguro la excusa de críticos y expertos para repasar la larga carrera del "rey de las artes marciales", aunque el género más bien es un triunvirato en el que también merecen tronos Bruce Lee y Jet Li.
Chan era un niño de ocho años, pero ya versado en las artes marciales, cuando se inició en el séptimo arte, en 1962, con "Big and Lttle Wong Tin Bar", película en la que ya se le puede contemplar luchando contra los "malos" (Jackie casi nunca ha encarnado un papel de malvado).
Conocido en Occidente especialmente por películas como "Hora Punta" o el reciente remake de "The Karate Kid", Chan tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y, por supuesto, en su versión local de Hong Kong, así como un museo en construcción en la ciudad china de Shanghái.
Para muchos es el chino más famoso de la actualidad, por encima de los líderes comunistas y las estrellas deportivas, tras una larga carrera que corrió peligro en muchas ocasiones, ya que su obsesión por hacer él mismo las escenas de riesgo, sin especialistas, le ha costado muchos huesos rotos y accidentes casi mortales.
Además, a punto estuvo de no dedicarse al cine, ya que su familia, de origen humilde, emigró a Australia en los años 70 y Chan tuvo que trabajar como peón de obra, sin pocas posibilidades de medrar en el cine allí (fueron sus compañeros australianos de pico y pala quienes le apodaron "Jackie").
A finales de la década de los 70 volvió a Hong Kong, donde pudo retomar la carrera cinematográfica que había iniciado en la infancia y adolescencia como especialista, y en 1978 protagonizó los dos clásicos que le catapultaron a la fama asiática: "El mono borracho en el ojo del tigre" y "La serpiente a la sombra del águila".
Protagonista de juegos de ordenador y series de dibujos animados, Chan es también famoso en Asia como cantante (como demostró en la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008), tiene una fundación filantrópica con su nombre y es una imagen omnipresente en docenas de anuncios de la televisión china.
En el "debe" del prolífico actor, hay que señalar que en los últimos tiempos sus opiniones políticas han sido muy criticadas en China y Hong Kong, ya que se ha mostrado, por ejemplo, contrario a una democracia para el gigante asiático.
Vía: Jornada
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