Harrison Ford: "Ver cine en casa te une a tu nevera"

Harrison Ford

Un divo de las noticias televisivas que acepta a regañadientes trabajar en un programa de entretenimiento: así es el personaje de Ford en Morning Glory, donde el actor nos regala su cara más cómica.

Protagonista de una comedia... ¿le eligieron por su humor?
No tengo humor, así que... Lo bueno de mi trabajo es que puedo hacer todo tipo de películas y la comedia puede ser muy divertida. Pero ojo:_si los actores o el guión no están a la altura, es una mala experiencia. La clave es la química con los compañeros.

¿No les intimidó su presencia?
Les pasa lo mismo que a Rachel McAdams en la película:_en seguida se dan cuenta de que soy tipo de lo más normal.

Su personaje también acepta un trabajo que odia. ¿Le ha pasado alguna vez?
En su caso es por avaricia y por conservar un buen sueldo. Yo no: rara vez tengo en cuenta el dinero para elegir un papel.

Así que tampoco le veremos presentando en televisión...
Seguro que no. Me encanta mi oficio, aunque he de decir que tengo un enorme respeto por los periodistas serios.

¿Queda alguno?
Sí. Hay muchos periodistas responsables, pero los medios han perdido objetividad. Antes la actualidad se contaba atendiendo a lo que había pasado; ahora viene marcada por el marketing, por satisfacer al público que consume tu medio. Se trata de lograr que la gente se sienta cómoda en sus prejuicios y no se plantee demasiado las cosas.

Se ha enfrentado a todo tipo de villanos en sus películas... ¿Alguno era tan terrible como la televisión actual?
No puedo decirte mucho: apenas veo la televisión, sólo Discovery Channel. Esta película no pretende criticarla, sino contar historias sobre las cosas que tenemos en común los humanos, y cómo podemos ayudar a la gente.

¿Ha tenido que pagar usted un alto precio en lo personal debido a su trabajo?
No, pero es verdad que mi personaje debe elegir entre su trabajo y la familia y se queda con lo primero, lo que es peligroso. Es uno de los grandes temas de la película: lo fácil que es confundir ambos terrenos y que uno se coma al otro. Has de lograr que cada uno avance por separado, pero eso exige ajustes constantes y saber que no se es perfecto, que la vida es complicada y que siempre hay que andar eligiendo.

Suena muy serio, para tratarse de una comedia. ¿Es complicado encontrar un buen guión cómico que no sea juvenil?
El cine, no lo olvides nunca, es un negocio. Se pretende, siempre, ganar dinero, y atraer a una audiencia determinada que pase por la taquilla. En estos tiempos, lo que más parece seducir a los grandes estudios es el público juvenil y por eso se hacen esas comedias. Hay buenas películas para adolescentes, pero creo que Morning Glory es bastante más madura. Y no lo digo por sus chistes o sus diálogos sino por sus personajes, que me parecen bastante inteligentes.

Tras décadas siendo una importante estrella del cine, ¿es Hollywood como imaginaba al empezar su carrera?
Lo cierto es que nunca tuve ninguna noción ni especulé sobre cómo sería Hollywood. Simplemente, había dos lugares donde podía ir a trabajar como actor: Nueva York o Hollywood, y me tocó este último.

¿Y por qué ser actor de cine?
A diferencia de otros muchos, nunca fui un fanático de las películas. Apenas iba al cine, pero sí quería ser actor y el teatro me parecía un trabajo más corriente, algo más parecido a un empleo normal: todos los días yendo al mismo lugar, ver a los mismos compañeros... En cambio, imaginaba que hacer películas sería mucho más divertido: podría conocer a más gente, viajar... Buscaba dos cosas: un trabajo lleno de desafíos y que fuese muy exigente y me tuviese ocupado, y aquí sigo. Casi todos mis amigos del colegio estudiaron profesiones, trabajaron en empresas, pero yo sabía que no aguantaría ese tipo de vida.

Y ha sido una estrella durante casi cuarenta años. ¿Cómo ve el cine de ahora?
Sinceramente, no puedo hacer un juicio muy profundo sobre este negocio: ni voy mucho al cine ni puedo tomar decisiones demasiado importantes sobre hacia dónde se dirige. sino que simplemente es el sitio en el que trabajo. Pero no hay que ser muy listo para saber que, ahora mismo, está en apuros: otros entretenimientos, como los videojuegos o Internet, le han comido mucho terreno. Pero para mí es un espectáculo incomparable: ver una buena película en una sala enorme y acompañado por un montón de desconocidos potencia, en mi opinión, nuestra humanidad. La imagen, el sonido... No tiene nada que ver con la forma en la que se ve cine ahora. Ver una película en tu casa es una experiencia entre tú y tu nevera; verla en el cine es una experiencia humana.

¿Alguna vez le ofrecieron rodar una película en España?
Creo que sí, pero ahora no puedo acordarme de quién era el director... Admiro a varios realizadores de tu país y me encanta trabajar en Europa, así que estoy abierto a ofertas. Eso sí, que no me tengan demasiado tiempo rodando, porque no quiero pasar mucho tiempo lejos de mi familia.

Última pregunta, obligada: ¿Hará otra vez de Indiana Jones?
Me encantaría, pero tendría que haber una buena historia que nos convenciese a Steven Spielberg, George Lucas y a mí. Eso sí, que nadie dude de mi físico: en ese sentido todavía me siento plenamente capacitado.

BIO: Nació en Chicago, EE UU, en 1942. Antes de triunfar como actor trabajó como carpintero. Su primer gran papel le llegó con American Graffiti (1973), de George Lucas. El mismo director le eligió para interpretar a Han Solo en La Guerra de las Galaxias (1977). Después fue el cazador de replicantes en la legendaria Blade Runner (1982), el arqueólogo más famoso del mundo en En busca del Arca Perdida (1981) y uno de los actores más célebres del Planeta. Casado tres veces, tiene cuatro hijos naturales y otro con su última esposa, Calista Flockhart (con la que convive desde 2004), que la actriz adoptó en 2001.

¿Antipático, serio o profesional?

Al llegar al hotel madrileño donde será la entrevista, el periodista es advertido por compañeros: "Tiene malas pulgas, es antipático, debe estar de resaca porque está de fatal humor". En la rueda de prensa uno empieza a entenderle: preguntas absurdas y declaraciones de amor no contribuyen a relajarle. Después, más en la intimidad, Ford se muestra como lo que es: un tipo de 68 años de vuelta de muchas cosas. Con un físico imponente, nuevo pendiente en la oreja (el año pasado un arito, ahora una pequeña piedra preciosa negra) y voz de ultratumba, Ford responde religiosamente y no puede evitar ser lo que es: una descomunal leyenda del cine.

Vía: 20 Minutos

0 Comentarios