"Tron legacy", más tecnología, más dinero y más de lo mismo

En su afán por sacar el mayor rendimiento a toda idea brillante que pase por sus manos, Hollywood sigue sacándose de la manga segundas, terceras o enésimas partes de películas que un día arrasaron en taquilla.

Y no lo hace porque haya nada más que contar, es puro afán comercial. "Tron legacy" es el último y más claro ejemplo de este fenómeno.

Considerado el lanzamiento estrella del cine familiar para estas navidades, "Tron legacy", que recupera a Jeff Bridges como protagonista, se limita a seguir explotando la imagen y la historia con la que el filme original sorprendió a los fanáticos de la ciencia ficción y los ordenadores hace 28 años.

Pero esta nueva versión no aporta nada nuevo, desde ningún punto de vista. Estéticamente sigue a pies juntillas la estela marcada por "Tron" e ideológicamente ahonda en el horror del mundo paralelo de los videojuegos en el que caen los protagonistas.

Imágenes más limpias, luchas más dinámicas, personajes más extremos y alguna secuencia brillante de ese submundo de los videojuegos en el que sin embargo se repite el esquema tan repetido en el cine del combate entre el bien y el mal.

Con elementos de "Star Wars", el director Joseph Kosinski ha utilizado los 200 millones de dólares de presupuesto para poner en pie un gran espectáculo visual del que disfrutarán los fans de "Tron" y de las tecnologías.

Pero que probablemente decepcionará a quienes busquen una explicación a los dilemas que ya planteaba "Tron" y que su secuela tampoco resuelve.

Bridges vuelve a ser el genio creador de los videojuegos, en esta ocasión atrapado por sus propias criaturas en un mundo paralelo virtual que existe pero no existe.

Y al que llega su hijo para tratar de buscar una razón a la prolongada ausencia de su padre.

Vía: Jornada net

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